Today we celebrated Halloween, as usual.
This year Caitlin was with us. We enjoyed a lot !!
Este año el tema de esta festividad ha sido : La ciudad de Halloween.
Los alumnos de 5º y 6º escenificaron una pequeña representación. En ella conocimos el origen de Truck and Treat y el de Halloween. Por supuesto todo ficticio, sólo intentamos que los más pequeños este año disfrutaran aún más. Os cuelgo el cuento en español y por supuesto la adaptación al inglés, que este año nos la ha hecho Caitlin.
Como es habitual, todos los años, los vídeos de las actividades realizadas van apareciendo en el margen derecho, en la parte de superior.
I hope that you have a good, long weekend !!
EL DULCE TERRROR DE HALLOWEEN
Había una vez una ciudad
llamada Halloween en la que vivía un malvado fabricante de dulces y golosinas.
Este, sabiendo que los papás no dejaban a sus hijos comer golosinas más de una
vez a la semana para evitar las caries, inventó un plan para vender muchos más
caramelos. Así, pagó a una pandilla de ladrones y bandidos quienes, disfrazados
de horribles monstruos, aterrorizaron a todos. Luego llenó la ciudad de
anuncios que aseguraban que sus caramelos eran la única defensa posible contra
aquellos terroríficos seres. Y como todo estaba preparado por el malvado
fabricante, lo que decían los anuncios era verdad, y cuando los niños de la
casa entregaban sus caramelos, los monstruosos bandidos los dejaban tranquilos
y se iban.
Las ventas de caramelos se
dispararon, pero de forma poco justa. Mientras los niños de familias ricas
acumulaban montones y montones de golosinas para protegerse de los malvados,
los niños pobres sufrían las peores pesadillas al saber que no tenían ni un triste
caramelo con el que calmar a los monstruos. Además, como los caramelos tenían
tanto valor, los niños comenzaron a volverse egoístas y desconfiados, y
resultaba imposible verlos compartir sus golosinas como siempre habían hecho.
Afortunadamente, maldades tan
malvadas no pueden durar mucho. Un detective muy listo descubrió los planes del
avaricioso fabricante y sus cómplices, y todos ellos acabaron dando con sus
huesos en la cárcel.
Pero resultó que el miedo a los
monstruos no se terminó, y que los niños ricos seguían acumulando caramelos y
golosinas con el mismo egoísmo con el que lo hacían antes de que todo fuera
descubierto, y que los niños pobres continuaban viviendo aterrorizados por la
falta de dulces.
Todos los papás y mamás de la
ciudad, ya fueran ricos o pobres, estaban tan preocupados que celebraron una
reunión especial de forma urgente ¿Cómo podían resolver el egoísmo de unos, y
el miedo de los otros?
La genial solución vino del
mismo ingenioso detective: seguirían igual que antes, pero como los malvados
estaban en la cárcel, el papel de monstruos lo harían los niños más pobres.
Así, la noche siguiente, los
papás de los niños más pobres acompañaron a sus hijos a hacer de monstruos. Y
tan bien lo hicieron, que los niños ricos les dieron buena parte de sus dulces.
De esta forma, al cabo de unas cuantas noches, casi todos los niños tenían la
misma cantidad de golosinas y ningún miedo, porque a pesar de su esfuerzo por
parecer unos monstruos terribles, los niños más chiquitines descubrían
fácilmente su disfraz, y todos se dieron cuenta de que por las calles de la
ciudad de Halloween no había ningún monstruo, sino un montón de niños que se lo
pasaban fenomenal disfrazándose y compartiendo sus caramelos.
THE
SWEET TERROR OF HALLOWEEN
Once upon a time there was a town named Halloween. In this town there lived an evil man who made candies and sweets. This candy-maker knew that parents did not let their children eat more than one candy per week as to prevent cavities. Instead, the evil candy-maker thought of a plan to sell many more candies. His plan involved paying a gang of robbers and bandits to dress as horrible, ugly-looking monsters to terrorize and scare everyone. He then put up announcements throughout the town guaranteeing that the only way to defend themselves from the terrifying monsters was by buying lots of candies. Since everything had been set up by the evil candy-maker, the announcements had to be true; therefore the children would have to give up their candies and the gangs of robbers and bandits would leave the houses calmly.
There
were many candies that were sold, but unjustly.
The children of wealthy families accumulated tons and tons of candies to
protect themselves from the evil men. Unfortunately the children of poorer families
suffered from dreaming horrible nightmares that did not have not even one
candy to fend off the monsters. Furthermore, since the candies were expensive,
the children began to become selfish and distrustful which resulted in them
refusing to give up their candies.
Fortunately,
the most wicked of evils could not last for very long. A private detective was determined to unveil
the plans of this greedy candy-maker and his gang of scary monsters whom all ended
up giving their bones to jail.
Because
there was still a fear that the scary monsters might return, the children of
wealth continued to accumulate more candies with the same selfishness that they
had before everything was unveiled. The
poorer children continued to have nightmares in fear of their lack of candies.
All of
the fathers and mothers of the town, both wealthy or poor, started to think of
a way to turn this situation into something more like a celebration: how could
they resolve the selfishness of some of the children and cure the fear of the
others?
The
best solution came from the same genius detective. His plan was to keep the idea the same: now
that the evil men were in jail, it was the poorer children that had to
transform into monsters.
As
planned, the next night the fathers of the poorer children went with their kids
dressed as monsters. The children from
wealthy families gave the "monsters" candy when they came to their
door. By the end of many nights all of
the children of the town had the same amount of candies and all of their fears
were gone. Even though the children
dressed as monsters, it was the little ones that could not hide their
identity. Now everyone in the town of
Halloween says that there is not a single monster, only a lot kids in dressed
in costumes sharing their candies.
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