martes, 30 de octubre de 2012

Halloween con Caitlin



Today we celebrated Halloween, as usual.

This year Caitlin was with us. We enjoyed a lot !!




Este año el tema de esta festividad ha sido : La ciudad de Halloween.
Los alumnos de 5º y 6º escenificaron una pequeña representación. En ella conocimos el origen de Truck and Treat y el de Halloween. Por supuesto todo ficticio, sólo intentamos que los más pequeños este año disfrutaran aún más. Os cuelgo el cuento en español y por supuesto la adaptación al inglés, que este año nos la ha hecho Caitlin.

Como es habitual, todos los años, los vídeos de las actividades realizadas van apareciendo en el margen derecho, en la parte de superior.

I hope that you have a good,  long weekend !!


EL DULCE TERRROR DE HALLOWEEN

Había una vez una ciudad llamada Halloween en la que vivía un malvado fabricante de dulces y golosinas. Este, sabiendo que los papás no dejaban a sus hijos comer golosinas más de una vez a la semana para evitar las caries, inventó un plan para vender muchos más caramelos. Así, pagó a una pandilla de ladrones y bandidos quienes, disfrazados de horribles monstruos, aterrorizaron a todos. Luego llenó la ciudad de anuncios que aseguraban que sus caramelos eran la única defensa posible contra aquellos terroríficos seres. Y como todo estaba preparado por el malvado fabricante, lo que decían los anuncios era verdad, y cuando los niños de la casa entregaban sus caramelos, los monstruosos bandidos los dejaban tranquilos y se iban.
Las ventas de caramelos se dispararon, pero de forma poco justa. Mientras los niños de familias ricas acumulaban montones y montones de golosinas para protegerse de los malvados, los niños pobres sufrían las peores pesadillas al saber que no tenían ni un triste caramelo con el que calmar a los monstruos. Además, como los caramelos tenían tanto valor, los niños comenzaron a volverse egoístas y desconfiados, y resultaba imposible verlos compartir sus golosinas como siempre habían hecho.
Afortunadamente, maldades tan malvadas no pueden durar mucho. Un detective muy listo descubrió los planes del avaricioso fabricante y sus cómplices, y todos ellos acabaron dando con sus huesos en la cárcel.
Pero resultó que el miedo a los monstruos no se terminó, y que los niños ricos seguían acumulando caramelos y golosinas con el mismo egoísmo con el que lo hacían antes de que todo fuera descubierto, y que los niños pobres continuaban viviendo aterrorizados por la falta de dulces.
Todos los papás y mamás de la ciudad, ya fueran ricos o pobres, estaban tan preocupados que celebraron una reunión especial de forma urgente ¿Cómo podían resolver el egoísmo de unos, y el miedo de los otros?
La genial solución vino del mismo ingenioso detective: seguirían igual que antes, pero como los malvados estaban en la cárcel, el papel de monstruos lo harían los niños más pobres.
Así, la noche siguiente, los papás de los niños más pobres acompañaron a sus hijos a hacer de monstruos. Y tan bien lo hicieron, que los niños ricos les dieron buena parte de sus dulces. De esta forma, al cabo de unas cuantas noches, casi todos los niños tenían la misma cantidad de golosinas y ningún miedo, porque a pesar de su esfuerzo por parecer unos monstruos terribles, los niños más chiquitines descubrían fácilmente su disfraz, y todos se dieron cuenta de que por las calles de la ciudad de Halloween no había ningún monstruo, sino un montón de niños que se lo pasaban fenomenal disfrazándose y compartiendo sus caramelos.






THE SWEET TERROR OF HALLOWEEN


Once upon a time there was a town named Halloween.  In this town there lived an evil man who made candies and sweets.  This candy-maker knew that parents did not let their children eat more than one candy per week as to prevent cavities.  Instead, the evil candy-maker thought of a plan to sell many more candies. His plan involved paying a gang of robbers and bandits to dress as horrible, ugly-looking monsters to terrorize and scare everyone.  He then put up announcements throughout the town guaranteeing that the only way to defend themselves from the terrifying monsters was by buying lots of candies.  Since everything had been set up by the evil candy-maker, the announcements had to be true; therefore the children would have to give up their candies and the gangs of robbers and bandits would leave the houses calmly.
There were many candies that were sold, but unjustly.  The children of wealthy families accumulated tons and tons of candies to protect themselves from the evil men.  Unfortunately the children of poorer families suffered from dreaming horrible nightmares that  did not have not even one candy to fend off the monsters.   Furthermore, since the candies were expensive, the children began to become selfish and distrustful which resulted in them refusing to give up their candies.
Fortunately, the most wicked of evils could not last for very long.  A private detective was determined to unveil the plans of this greedy candy-maker and his gang of scary monsters whom all ended up giving their bones to jail.
Because there was still a fear that the scary monsters might return, the children of wealth continued to accumulate more candies with the same selfishness that they had before everything was unveiled.  The poorer children continued to have nightmares in fear of their lack of candies.
All of the fathers and mothers of the town, both wealthy or poor, started to think of a way to turn this situation into something more like a celebration: how could they resolve the selfishness of some of the children and cure the fear of the others?
The best solution came from the same genius detective.  His plan was to keep the idea the same: now that the evil men were in jail, it was the poorer children that had to transform into monsters.
As planned, the next night the fathers of the poorer children went with their kids dressed as monsters.  The children from wealthy families gave the "monsters" candy when they came to their door.  By the end of many nights all of the children of the town had the same amount of candies and all of their fears were gone.  Even though the children dressed as monsters, it was the little ones that could not hide their identity.  Now everyone in the town of Halloween says that there is not a single monster, only a lot kids in dressed in costumes sharing their candies.