domingo, 1 de marzo de 2020

POEMA: La Nacencia (Luis Chamizo) Extremadura



LA NACENCIA
I
Bruñó los recios nubarrones pardos
la luz del sol que s´agachó en un cerro,
y las artas cogollas de los árboles
d´un coló de naranjas se tiñeron.
A bocanás el aire nos traía
los ruídos d´alla lejos
y el toque d´oración de las campanas
de l´iglesia del pueblo.
Ibamos dambos juntos, en la burra,
por el camino nuevo,
mi mujé mu malita,
suspirando y gimiendo.

Bandás de gorriatos montesinos
volaban, chirrïando por el cielo,
y volaban pal sol qu´en los canchales
daba relumbres d´espejuelos.
Los grillos y las ranas
cantaban a lo lejos,
y cantaban tamién los colorines
sobre las jaras y los brezos,
y roändo, roändo, de las sierras
llegaba el dolondón de los cencerros.
¡Qué tarde más bonita!
¡Qu´anochecer más güeno!
¡Qué tarde más alegre
si juéramos contentos!…
– No pué ser más- me ijo- vaite, vaite
con la burra pal pueblo,
y güervete de priesa con l´agüela,
la comadre o el méico -.
Y bajó de la burra poco a poco,
s´arrellenó en el suelo,
juntó las manos y miró p´arriba,
pa los bruñíos nubarrones recios.
¡Dirme, dejagla sola,
dejagla yo a ella sola com´un perro,
en metá de la jesa,
una legua del pueblo…
eso no! De la rama
d´arriba d´un guapero,
con sus ojos roendos
nos miraba un mochuelo,
un mochuelo con ojos vedriaos
como los ojos de los muertos…
¡No tengo juerzas pa dejagla sola!
¿pero yo de qué sirvo si me queo?
La burra, que rroía los tomillos
floridos del lindero
carcaba las moscas con el rabo;
y dejaba el careo,
levantaba el jocico, me miraba
y seguía royendo.
¿Qué pensará la burra
si es que tienen las burras pensamiento?
Me juí junt´a mi Juana,
me jinqué de roillas en el suelo,
jice por recordá las oraciones
que m´enseñaron cuando nuevo.
No tenía pacencia
p´hacé memoria de los rezos…
¿Quién podrá socorregla si me voy?
¿Quién va po la comadre si me queo?
Aturdio del tó gorví los ojos
pa los ojos reondos del mochuelo;
y aquellos ojos verdes,
tan grandes, tan abiertos,
qu´otras veces a mí me dieron risa,
hora me daban mieo.
¿Qué mirarán tan fijos
los ojos del mochuelo?
No cantaban las ranas,
los grillos no cantaban a lo lejos,
las bocanás del aire s´aplacaron,
s´asomaron la luna y el lucero,
no llegaba, roändo, de las sierras
el dolondón de los cencerros…
¡Daba tanta quietú mucha congoja!
¡Daba yo no sé qué tanto silencio!
M´arrimé más pa ella;
l´abrasaba el aliento,
le temblaban las manos,
tiritaba su cuerpo…
y a la luz de la luna eran sus ojos
más grandes y más negros.
Yo sentí que los míos chorreaban
lagrimones de fuego.
Uno cayó roändo,
y, prendío d´un pelo,
en metá de su frente
se queó reluciendo.
¡Qué bonita y qué güena!
¿quién pudiera sé méico?
Señó, tú que lo sabes
lo mucho que la quiero.
Tú que sabes qu´estamos bien casaos,
Señó, tú qu´eres güeno;
tú que jaces que broten las simientes
qu´echamos en el suelo;
tú que jaces que granen las espigas,
cuando llega su tiempo;
tú que jaces que paran las ovejas,
sin comadres, ni méicos…
¿por qué, Señó, se va morí mi Juana,
con lo que yo la quiero,
siendo yo tan honrao
y siendo tú tan güeno?…
¡Ay! qué noche más larga
de tanto sufrimiento;
¡qué cosas pasarían
que decilas no pueo!
Jizo Dios un milagro;
¡no podía por menos!
II
Toito lleno de tierra
le levanté del suelo,
le miré mu despacio, mu despacio,
con una miaja de respeto.
Era un hijo, ¡mi hijo!,
hijo dambos, hijo nuestro…
Ella me le pedía
con los brazos abiertos,
¡Qué bonita qu´estaba
llorando y sonriyendo!
Venía clareando;
s´oïan a lo lejos
las risotás de los pastores
y el dolondón de los cencerros.
Besé a la madre y le quité mi hijo;
salí con él corriendo,
y en un regacho d´agua clara
le lavé tó su cuerpo.
Me sentí más honrao,
más cristiano, más güeno,
“bautizando” (*) a mi hijo como el cura
bautiza los muchachos en el pueblo.
Tié que ser campusino,
tié que ser de los nuestros,
que por algo nació baj´una encina
del camino nuevo.
Icen que la nacencia es una cosa
que miran los señores en el pueblo;
pos pa mí que mi hijo
la tié mejor que ellos,
que Dios jizo en presona con mi Juana
de comadre y de méico.
Asina que nació besó la tierra,
que, agraecía, se pegó a su cuerpo;
y jue la mesma luna
quien le pegó aquel beso…
¡Qué saben d´estas cosas
los señores aquellos!
Dos salimos del chozo,
tres golvimos al pueblo.
Jizo Dios un milagro en el camino:
¡no podía por menos!



CASTÚO

La denominación castúo fue acuñada por el poeta extremeño Luis Chamizo Trigueros, natural de Guareña, provincia de Badajoz, cuando en 1921 publicó su libro de poemas El Miajón de los Castúos en el que intentaba reflejar el habla rural que definió como "castizo, mantenedor de la casta de labradores que cultivaron sus propias tierras".1​ El nombre de castúo puede llevar a confusión, pues también se denomina así a las hablas de filiación asturleonesa habladas tradicionalmente en Extremadura antes de la sustitución lingüística a favor del castellano. En el último siglo, el término se ha hecho popular para referirse a las hablas de Extremadura en general.


Palabras extremeñas 1 | Liopardo

Casi, por poco. Ej: Me tropecé y abate me caigo.
2.

Palabras extremeñas 2 | Liopardo

Muchacho, tío. En algunos sitios de Extremadura dicen chacho.
3.

Palabras extremeñas 3 | Liopardo

Como el mítico disco de Extremoduro. Interjección para espabila, anda rápido, ven pronto. Ej: Manolo, agila que llegamos tarde a misa
4.

Palabras extremeñas 4 | Liopardo

Atragantarse.
5.

Palabras extremeñas 5 | Liopardo

Muerto de frió.
6.

Palabras extremeñas 6 | Liopardo

Atajar, salirte del camino para llegar antes por una ruta más corta.
7.

Palabras extremeñas 7 | Liopardo

Burro joven o de corta edad. Se usa como insulto.
8.

Palabras extremeñas 8 | Liopardo

Vestido de no muy biuena factura. Ej: ¡Menudo capisallo lleva esa!
9.

Palabras extremeñas 9 | Liopardo

Abrigo. Chaqueta larga a modo de casaca.
10.

Palabras extremeñas 10 | Liopardo

Estropeado. Ej: El aparato está changao.
11.

Palabras extremeñas 11 | Liopardo

Coger algo. Pillarse con algo. Ej: Me entallé un dedo con la puerta.
12.

Palabras extremeñas 12 | Liopardo

Despatarrarse, abrirse de piernas (el origen del manspreading).
13.

Palabras extremeñas 13 | Liopardo

Desaliñado, que viste sin cuidado. Ej: Vas hecho un farraguas.
14.

Palabras extremeñas 14 | Liopardo

Tirar algo que no necesitas o quedarte tirado en el sofa.
15.

Palabras extremeñas 15 | Liopardo

Glotón, goloso, que come mucho.
16.

Palabras extremeñas 16 | Liopardo

Alguien mohino o que se enfada con facilidad.
17.

Palabras extremeñas 17 | Liopardo

Sucio. Es como una forma de insultar a alguien sin que se note.
18.

Palabras extremeñas 18 | Liopardo

La bragueta.
19.

Palabras extremeñas 19 | Liopardo

Herida. Ej: Me he hecho una pitera en la cabeza.
20.

Palabras extremeñas 20 | Liopardo

Costra de una herida.

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